Hoy en día, la administración de tesorería ha venido siendo un factor de
alto interés en su gestión, es complejo, existen innumerables
variables y elementos que deben ser consideradas en el momento de tomar una
decisión de endeudamiento o de consecución de recursos, bien sea a corto o
largo plazo.
La
tesorería es el principal aspecto monetario de una empresa. La tesorería hace
referencia al dinero que tiene una empresa en: Caja, y Cuentas bancarias.
El
entorno económico de tasas de interés muy altas en un ambiente recesivo, con
devaluación progresiva anunciada, que acompaña a la tasa de inflación; y con la
cadena de cobranzas inestable o cortada, entre otras características, le da una
especial relevancia a la función del tesorero a la tesorería.
Es
por ello que en finanzas no todas las leyes, reglas o parámetros son
universales, puesto que cada empresa, cada negocio tiene elementos diferentes
que condicionan y modifican la estructura de financiación.
La
tesorería es una de las funciones críticas dentro del área financiera, pues
debe administrar el flujo de caja con una cierta tasa de rentabilidad de
oportunidad para ese mercado. Ese flujo es muy propio de cada industria, de
cada tipo de negocio, y de cada empresa en particular, con sus productos y
servicios. Influyen también las características del país, las tendencias y las
estacionalidades, así como el contexto político y regulatorio.
Gran
parte de la gestión de tesorería está asociada con ritmos y velocidades de
cobros y pagos, la mayoría de los cuales pasarán por los bancos. Entre los
actores internos y externos que se mueven alrededor de la tesorería, clientes,
proveedores y bancos, estos últimos tienen la característica de ser la
plataforma sobre la cual se efectúan las transacciones.
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